GERMÁN MATILLA, UN JEFE DE CELADORES INCANSABLE

Lleva 30 de sus casi 48 años en la sede Santiago. Empezó como portero y luego fue sanitario, hasta que en 2002 pasó a ser celador, cuando se crea esta hasta entonces inexistente figura en el centro de la calle Olaguíbel.

Hablamos de Germán Matilla Blanco, quien pronto cumplirá una década como jefe de celadores en Santiago. Se confiesa un apasionado de su trabajo (que se lo lleva a casa o de vacaciones) y le toca coordinar el trabajo de los 60 celadores y dos encargados que están bajo su responsabilidad.

También le corresponde organizar los turnos y los periodos de descanso de estos trabajadores, a cuya labor “se da poca importancia” y, defiende Germán, pero que contribuye al bienestar del paciente.

Germán insiste en la importancia del trabajo bien hecho. “Para que sea perfecto tienes que dar el cien por cien”, sentencia sonriente.