Eva Fernández López de Vicuña, farmacéutica del Centro de Salud de Zaballa, obtiene el premio a la mejor comunicación oral en la categoría de Farmacia

La comunicación fue presentada en el XIV Congreso Nacional y XXII Jornadas de la Sociedad Española de Sanidad Penitenciaria, que se celebraron en Jerez de la Frontera del 3 al 5 de noviembre

El equipo de Farmacia del Centro de Salud de Zaballa ubicado en el Centro Penitenciario Araba/Álava ha sido galardonado con el premio a la mejor comunicación oral en la categoría de Farmacia en el XIV Congreso Nacional y XXII Jornadas de la Sociedad Española de Sanidad Penitenciaria. Bajo el título "Desarrollo e implantación de una estrategia de deprescripción de benzodiacepinas en un centro penitenciario" presentaron los resultados obtenidos en la reducción del abuso y mal uso de las benzodiacepinas en el entorno penitenciario.

La utilización adecuada de psicofármacos, entre ellos las benzodiacepinas, es esencial en el entorno penitenciario, ya que puede tener consecuencias potencialmente graves para la salud de las y los pacientes debido al mal uso y/o abuso de los mismos.

Aproximadamente, un 70 % de las personas que toman psicofármacos tienen una benzodiacepina prescrita. Para abordar este problema el Servicio de Farmacia de la OSI Araba ha trabajado en una estrategia multidisciplinar basada en la deprescripción progresiva y consensuada con la persona paciente. El objetivo era reducir las combinaciones de benzodiacepinas, por lo que se ha apostado por las benzodiacepinas de vida media larga y se han evitado las de vida media corta (alprazolam) y las de alto potencial de abuso (clonazepam). En 10 meses, se ha reducido un 8,6 % el número de pacientes con combinaciones de dos o más benzodiacepinas y se ha conseguido que el alprazolam ya no figure entre las tres benzodiacepinas más prescritas.

Este trabajo demuestra el compromiso del equipo de Farmacia del Centro de Salud de Zaballa para garantizar una farmacoterapia segura en prisión. Los resultados obtenidos son fruto de un trabajo constante y progresivo, que sin duda ayudará a mejorar la calidad de vida de las y los pacientes y a prevenir posibles efectos adversos de los psicofármacos en el entorno penitenciario.