Radiofísica, un servicio poco conocido

La especialidad de física médica nació hace ya muchos años para trabajar en el diagnóstico y tratamiento de pacientes. Este campo asistencial tiene su origen en el descubrimiento de la radiactividad y los rayos X a finales del siglo XIX. Ya en aquella época se empezó a trabajar con isotopos radiactivos para tratar los tumores. Y en la primera guerra mundial se usaban los rayos para localizar lesiones de metralla entre los soldados heridos. En los años veinte, los físicos ya trabajaban en los grandes hospitales.

Pero el boom de esta actividad en España se produce a partir de la década de los sesenta con los equipos de cobalto, la puesta en funcionamiento de los servicios de medicina nuclear, el TAC, los aceleradores lineales (el primero de la red de Osakidetza se instaló precisamente en Txagorritxu en 1985).

En todo este entramado asistencial, ¿qué hacen los Físicos Médicos o Radiofísicos? Actúan principalmente en tres áreas: radioterapia, rayos y medicina nuclear. “El 70% de nuestro trabajo está dedicado a los pacientes de oncología radioterápica. Cada paciente recibe un tratamiento personalizado, planificamos la distribución de la dosis más óptima en el volumen indicado, preservando en la medida de lo posible los órganos sanos colindantes. Esa información la enviamos a los aceleradores lineales y cuando llega el paciente, el técnico dispone ya de los datos precisos para aplicar la radiación”, expone Marian García Fidalgo, la jefa del servicio.

En el ámbito del radiodiagnóstico, se encargan de garantizar que los equipos proporcionan una adecuada calidad de imagen con la menor dosis posible. Desde el año 2012 colaboran en un estudio de Osakidetza sobre dosis a paciente en equipos de TAC, datos que se recogen en Osabide global, en una experiencia pionera en el Estado.

Otra de las tareas que además es exigida por ley, es realizar los controles de calidad que aseguren el correcto funcionamiento de los equipos para su uso clínico.

En cuanto a protección radiológica del personal, el servicio revisa mensualmente 500 historiales dosimétricos de trabajadores expuestos a las radiaciones gestionando los cambios y lectura de los dosímetros personales. Colaboran con docencia en la formación del personal expuesto organizando cursos para residentes, radiólogos vasculares y hemodinamistas personal de enfermería y técnicos y para todos los servicios que requieran sesiones específicas en su especialidad relacionadas con la radiación.

Con respecto al trabajo de investigación e innovación, destacar que acaban de solicitar una patente en colaboración con Medicina Nuclear, por invención de un sistema para hacer biopsias a través de imagen de PET.

Un trabajo en su conjunto cada día más complejo, que requiere mayor tiempo de dedicación a los pacientes por parte de los seis físicos y cinco técnicos que forman un servicio fundamental, pero poco conocido.