VOLUNTARIOS DEL HUA VUELVEN A LATINOAMÉRICA EN LABORES HUMANITARIAS

La asociación DOA (Denok Osasunaren Alde) vuelve un año más a países de América Latina en labores humanitarias. Esta ONG desarrolla programas sanitarios en Bolivia y Guatemala desde hace varios años y cuenta con una veintena de trabajadores del HUA.

Varios equipos de profesionales se desplazan ahora, en su periodo vacacional, a Bolivia para realizar intervenciones de cirugía general, traumatología, ortopedia y ginecología, además de campañas integrales para las mujeres. Son un total de 45 personas cuyo objetivo es realizar, además de cirugía, misiones diagnósticas, formativas y educativas.

En Guatemala van a trabajar 31 voluntarios en tres misiones quirúrgicas y una misión odontológica.

Los trabajadores del HUA que viajarán a Bolivia son: Josean Romeo (cirujano), Roberto Sánchez (anestesista), Imanol Vega (traumatólogo), Paquita García (TER); y por la parte de enfermería: Izaskun Aizpurua, María del Pino, Edurne Martínez, Marisol Flores, Mari Jose Sánchez y Rosa Fernández.

DOA ha desplazado en sus trece años de existencia a más de dos mil voluntarios, que han atendido a 18.000 personas y cuyo balance arroja cifras importantes: 6.000 intervenciones quirúrgicas, otras tantas odontológicas y más de 4.000 ecografías y estudios radiológicos. Además, entre otras acciones, esta ONG construyó sendos colegios en Bolivia y Guatemala y dos pabellones de hospitalización con más de cien camas.

Los voluntarios del HUA realizan su labor en la zona boliviana de Beni, una de las más pobres del país. Allí los hospitales son públicos, aunque los pacientes tienen que pagarse los materiales sanitarios que precisen. Para ello, muchas veces se organizan colectas. A las dificultades propias de su labor se unen trabas administrativas que hasta ponen en riesgo la presencia de DOA en este país.

Una voluntaria entusiasta es Paquita García Lobato, técnico de rayos en el HUA Txagorritxu, que pronto volará por quinta vez a tierras americanas para trabajar sin descanso ofreciendo asistencia sanitaria y formación. Reconoce que estas misiones enganchan y que hay un enriquecimiento mutuo humano y profesional. Ella muestra debilidad por la mujer boliviana, muy desasistida y muchas veces abandonada para salir adelante con 10-12 hijos. Por todo ello, concluye Paquita, la gente de allí te espera año tras año.